DERECHOS DE LOS NIÑO/AS

TENGO DERECHO A SER NIÑO/A

Tengo derecho a tener un nombre y apellidos, una familia que me sonría, un país donde vivir.

Tengo derecho a comer y beber alimentos sanos para crecer fuerte.

Tengo derecho a vivir bajo un techo, a estar caliente aunque no en exceso, lejos de miserias, sin nada más que aquello que necesito, ni nada menos.

Tengo derecho a que me curen con los mejores tratamientos que los seres humanos hemos descubierto.

Tengo derecho a ir gratis a la escuela, a aprender cómo vuelan los pájaros, los aviones o las semillas de las flores.

Tengo los mismos derechos, sin excepción, tanto si soy una niña como si un niño soy.

Tengo derecho a ser respetado de la misma manera, ya sea negro o blanco, pequeño o grande, rico o pobre, tanto si nací aquí como en otro país.

Tengo derecho a que me ayuden mis padres, mis amigos, mi país, si mi cuerpo no funciona tan bien como el de otros.

Tengo derecho a no sufrir jamás, ningún tipo de violencia, porque nadie tiene derecho a abusar de mi infancia. Nadie.

Tengo derecho a que no me obliguen a trabajar en vez de ir a la escuela. Cuando haya aprendido lo suficiente escogeré una profesión.

Tengo derecho a la protección de los adultos, a vivir a salvo de catástrofes, bajo un gran paraguas cuando llueve a mares o si llueven desgracias.

Tengo derecho a no conocer jamás la furia de las armas y de la guerra. Me dan miedo los misiles relámpago y las bombas de trueno.

Tengo derecho a jugar, a crear, a imaginar y a expresarme con toda libertad y a decir lo que pienso y siento con toda sinceridad, aunque a veces no le guste a mamá o a papá.

Tengo derecho a respirar el aire puro, a compartir el amor, la paz y el respeto por el planeta con cada ser humano que lo habita, con cada animal que lo recorre, con cada planta que lo alimenta.

Los derechos de los niños y las niñas son el presente.

Porque es ahora cuando somos niños y niñas.